Cuando el mar esta embravecido y sus grandes olas rompen amenazadoramente el fondo de ese mismo mar está en calma. Las tormentas a menudo se desarrollan tan solo en la superficie, manteniendose el fondo tranquilo y en paz. Los animales que moran en el apenas notan el ajetreo y confusión que se vive en la superficie.
Quizás todos seamos un poco como el mar, en medio de la tormenta y las olas siempre podemos elegir permanecer en el fondo y obsevar como todo pasa.
Las aguas revueltas siempre vuelven a la calma, y para ello muchas veces no se necesita hacer nada, tan solo observar y esperar, la paciencia siempre es una buena aliada.
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