La situación es la siguiente.
Imagina que te encuentras en medio de un campo con los ojos vendados.
Te informan de que tu cometido en la vida es correr por el campo y te hacen entrega de una pequeña bolsa con algunas herramientas. Esta es la manera en que se supone deberías vivir tu vida y así lo haces.
Lo que no sabes es que este campo esta sembrado de agujeros, bastante espaciados unos de otros pero muy profundos. Al principio no lo sabes, eres demasiado ingenuo, así que te pones en marcha y más tarde o más temprano caes en uno de los agujeros. Es imposible salir de él, es demasiado profundo y no hay nada a lo que agarrarse. Probablemente eches un vistazo a la bolsa de herramientas que te entregaron para ver lo que hay dentro, especialmente algo que te pueda ayudar a salir del agujero. Supón que solamente hay una herramienta en la bolsa: una pala, eso es lo único que tienes. Algo dubitativo empiezas a cavar y te das cuenta en seguida de que todavía estás dentro, así que intentas cavar más y más rápido, pero ese no ese no parece ser el modo de salir. Empiezas a coger más o menos arena con tu pala o intentas echarlo todo fuera o amontonarlo dentro, pero continúas en el agujero. Después de tantos esfuerzos el agujero no ha hecho sino hacerse más grande. ¿Y si tuvieras una pala mas grande? ¿O una con un excelente mango dorado? Ese no es el camino porque cavar no es la forma de salir de un agujero, puede ser desesperante, no puedes excavar una salida porque eso te entierra aún más.