Pues esto es posible básicamente por
que el mapa no es el territorio. Es decir, la imagen que cada uno
tenemos de la realidad que nos rodea no es sino una versión de la realidad
misma. Dicho de otro modo, la cosa observada y la imagen de la cosa observada
son objetos diferentes, por más que ante nuestras mentes pretendan identificarse
en todo llegando a confundir lo que percibimos con el objeto que ha sido visto.
La expresión el mapa no es el territorio se debe a Alfred Korzybski quien trabajó en enunciar estas
diferencias tan evidentes como invisibles para quien no las quiera
advertir.
No se pretende aquí dar una
explicación exhaustiva ni científica de este concepto ni del fenómeno de la
luz de gas. Lo que se pretende es llevar a la mente de quien sufre esta
situación, apenas un chispazo de intuición que le permita al menos entrever los
porqués de este mecanismo. Pondremos algunos ejemplos de cómo es posible que la
realidad quede desvirtuada pareciendo otra cosa de lo que realmente es, dando
así una imagen diferente, parecida o totalmente contraria a la verdad objetiva.
Así, entendiendo que el mapa que hacemos de la realidad y el
territorio que pretende ser representado, no son la misma cosa,
podremos permitirnos entender que en ocasiones todo lo que nos rodea
parece una cosa y es en realidad otra. Una vez
admitida esta posibilidad, al menos como intuición, un acosado por su entorno
podrá ya permitirse atribuir a otros factores ajenos a él mismo las causas de su
situación, y así de este modo, iniciar la desculpabilización tan
necesaria en su proceso de recuperación. Podemos pues ayudarle así, intentando
que tenga esa percepción, que llegue a contemplar como efectivamente todos
pueden estar colaborando a su luz de gas; cómo todos los demás participan
de una situación injusta que le perjudica sobre todo porque le engaña dándole
esa apariencia de normalidad a lo que no es sino un escenario diseñado para su
destrucción.
El acosado, ahora ya desde este
conocimiento, podrá entender que efectivamente todos los demás están
equivocados, pues han elaborado un mapa erróneo de una situación objetiva de
acoso, incluso podrá entender las claves de esta percepción equivocada de la
situación si consigue vencer la tendencia a la interpretación mayoritaria,
democrática, de este fenómeno, en el sentido de que la versión de los
demás, por muchos que sean, no tiene porque ser la imagen de la realidad
misma.
Son muchos los factores que hacen
que nuestros sentidos y nuestras deducciones nos engañen. Incluso considerando
solamente uno de los sentidos como muestra de lo que aquí se comenta, no será
difícil ver. Escojo por comodidad del medio el sentido de la vista para
hacer visible lo que parece invisible; o también, lo que es lo mismo, para dejar
de ver lo que está ahí y sabemos que es visible pero no se ve. Bastarán unos
ejemplos para ello.
La percepción
Nuestro primer ejemplo y más
evidenciador de lo que se pretende mostrar es un gráfico como el que se
encuentra un poco más abajo. Vas a ver una imagen como la que aparece pero en las que los puntos
de color rosa se mueven. Fíjate bien que se mueven. Mira la cruz del centro. Al
poco tiempo descubrirás que además hay un punto verde que antes no estaba y que
ocupa el lugar del punto de color rosa que va desapareciendo. Si fijas más la
vista en la cruz del centro durante unos segundos... al poco tiempo ya no habrá
puntos rosa... se habrán ido... solo quedará la cruz y girando a su alrededor
el punto verde.
¿Cual de todas las imágenes que has visto es la autentica y cuales son falsas?
¿Cual es el mapa correcto y cuales son mapas
erróneos?
Bien, aquí se puede comprobar con este ejemplo
como con un mismo territorio, un objeto que no cambia, nosotros somos
capaces de ver hasta tres mapas distintos. Y lo que es más curioso aún:
ninguno de los tres que vemos es en realidad el objeto en
sí: ninguno es un mapa que represente al teritorio
Mapa 1.- Unos puntos de color rosa girando.Mapa 2.- Unos puntos de color rosa y uno verde girando.Mapa 3.- Un punto de color verde girando.
Y, ¿Cual es la imagen verdadera?
Pues ninguna de las tres, todas las que somos
capaces de ver son en realidad falsas. Veamos:
1.- La más cercana a la realidad es la primera, pero los puntos de color rosa en realidad no se mueven. El movimiento es producto de la eliminación de un punto de color rosa sucesivamente, lo que genera la sensación de movimiento circular de unos puntos que en realidad son estáticos.2.- Tampoco es esta la imagen real. Los puntos como ya se ha explicado no se mueven, pero además ha aparecido un nuevo punto verde que sencillamente no existe, es la huella en nuestra retina, de un punto rosa, que tarda más en desaparecer de lo que tarda otro punto rosa en ocupar su lugar. Y todos siguen dando la sensación de un movimiento que tampoco existe.3.- Tampoco es esta la imagen correcta del objeto que observamos. A nuestra vista han desaparecido los puntos rosas que siguen estando aunque fuera de nuestra percepción y por el contrario el que se ve dando vueltas es uno que no existe, el verde, en un movimiento de giro que tampoco es real y que esta provocado en realidad por unos puntos rosas que no vemos pero están ahí.
Bueno, ¿Y entonces? ¿Es que no somos capaces de
ver la realidad de lo que tenemos delante de los ojos?
Si. Pero en ocasiones contemplar la realidad
solo es posible a través de un proceso de deducción racional porque nuestros
sentidos a veces nos engañan. En ocasiones, no podemos fiarnos de lo que
vemos u oímos, sino que debemos hacer todo un proceso mental para acercarnos a
la imagen real del objeto que queremos conocer. O dicho de otro modo, a través
de un acto de voluntad, de un acto de valentía que fuerce a nuestra
atención a ver lo que en realidad ocurre pasando por encima de la
ansiedad, pasando sobre el miedo que ello pueda producir.
En el caso de nuestro ejemplo gráfico, debemos
imaginar sobre un fondo gris, un círculo de puntos rosa, estáticos, y entender
que lo que percibimos como movimiento es en realidad la eliminación paulatina de
uno de los puntos sucesivos y contiguos, lo que nos da la sensación de
movimiento. Y además, eliminar mentalmente el punto verde que vemos, pero no
existe, y del que sabemos que es producto de un fenómeno óptico consecuencia de
la sensibilización retardada de nuestra retina.
Así, con estas consideraciones y la imagen mental
que de ella nos hemos hecho, es como en realidad vemos lo que hay y no
con nuestros ojos que nos han engañado.
Podemos decir que para tener una imagen más fiable
del territorio que queríamos conocer, hemos tenido que modificar
mentalmente los mapas, en este caso tres, que de él
nos ofrecía nuestro sentido de la vista.
De esta manera ya sabemos que no siempre
vemos lo que es, y que aunque todos en un grupo humano veamos algo
claro como la luz del día, puede que esa imagen no se corresponda con la
realidad a la que pretende representar.
La atención.
Y siguiendo con el mismo gráfico y sus
particularidades de percepción erróneas como hemos comprobado, cabe
preguntarse:
¿Qué es lo que nos ha distorsionado la realidad y
nos ha hecho ver lo que no está y nos impide ver lo que
está?
Pues sí, un único factor es el responsable de que
nuestra percepción haya ido pasando de unas visiones a otras distintas sin que
el objeto observado cambiara en realidad: la atención.
Es cuando dirigimos nuestra atención al centro del
círculo cuando comienzan a darse las distorsiones. Es pues la atención
dirigida la responsable de la aberración de la realidad. Cuando
perdemos de vista el conjunto y nos fijamos en el centro, es decir, cuando
abandonamos la perspectiva de conjunto, cuando "algo" nos hace perder esa visión
global. Vuelve de nuevo a experimentarlo para darte cuenta de ello:
¿Te has dado cuenta? Ha sido tu mirada la
que al cambiar su punto de interés y poner su atención en el centro ha
producido la visión de la irrealidad, ha hecho que vieras lo que no
está.
Hay más ejemplos gráficos
que ayudan a comprobar como la atención fijada en uno u otro lugar nos hace
tener una percepción diferente y hasta contraria de la realidad. Mira el
siguiente gráfico móvil pero cuando lo pinches no fijes tu atención en ningún
punto en especial, simplemente fíjate en el sentido en que giran las figuras
rojas, nada más. Después pon tu atención en el centro de la figura y con
tu interés en este lugar ahora fíjate de nuevo. Las figuras rojas ahora se
desplazan en sentido contrario... y solo con cambiar el punto de tu
atención. Podríamos decir que tu atención cambia el sentido de la
imagen.
Algo análogo ocurre con los que contemplan una
situación de mobbing y no la ven. Y digo solo análogo. No se trata,
insisto, de dar una explicación matemática ni científica sino solo de
proporcionar una imagen mental de lo que puede estar ocurriendo. ¿Porque
ocurre esto? ¿No será que han desviado su atención y ven lo que no
es y sin embargo lo que es no lo ven?