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El banquete del mago



Un día invitó a toda la gente de la aldea a un banquete.

- Antes de que comamos, dijo, tenemos algunas diversiones.


Todo el mundo se alegró, y el mago les proporcionó un espectáculo de magia de primera clase, con conejos saliendo de sombreros, banderas apareciendo de la nada, y una cosa convirtiéndose en otra. La gente estaba encantada.

Entonces el mago preguntó:

- ¿Queréis comer ahora, o queréis más entretenimientos?


Todo el mundo pidió entretenimientos, porque nunca había visto nada igual; en casa había comida, pero nunca tanta emoción. De modo que el mago se transformó en paloma, luego en un halcón, y finalmente en un dragón. La gente se volvió salvaje de excitación.

El mago les preguntó de nuevo, y ellos querían más. Y lo tuvieron. Entonces les preguntó si querían comer, y le dijeron que sí. De modo que el mago hizo que sintieran como vi estuviesen comiendo, dirigiendo su atención por medio de ciertos trucos, mediante sus poderes mágicos.

La imaginaria comida y el entretenimiento duraron toda la noche. Cuando llegó el amanecer, algunas gentes dijeron:

- Debemos ir a trabajar.


De modo que el mago hizo que imaginasen que iban a casa, se preparaban para el trabajo, y trabajaban todo el día.

Resumiendo, cuando alguien decía que tenía que hacer algo, el mago le hacía pensar primero que iba a hacerlo, luego que lo había hecho, y finalmente que había regresado a la casa del mago.


Finalmente, el mago había tejido tales hechizos sobre la gente de la aldea que sólo trabajaban para él, mientras pensaban que continuaban en sus vidas cotidianas. Si alguna vez se sentían intranquilos les hacía pensar que estaban de regreso al banquete en su casa, y eso les daba placer y les hacía olvidar.

- Y ¿qué les ocurrió al mago y a la gente al final?

- Bueno, eso no se lo puedo decir, porque él aún está muy ocupado haciéndolo, y la mayoría de la gente aún está bajo su hechizo.


Cuento Sufi del libro “El buscador de la verdad” de Idries Shah.

El entorno óptimo

 
El pez favorito de muchos coleccionistas es la carpa japonesa, conocida comúnmente como koi.
Lo fascinante del koi es que, si se mantiene en una pecera pequeña, sólo crece cinco o seis centímetros de largo. Si se coloca en un recipiente mayor o en un estanque pequeño, crecerá de quince a veinticinco centímetros. Si vive en un estanque de gran tamaño, puede llegar a crecer hasta cuarenta y cinco centímetros. Y cuando está en un gran lago donde puede desarrollarse por completo, puede llegar a tener hasta unos noventa centímetros.
El tamaño del pez está en relación directa con el tamaño del recipiente donde se puede desarrollar.
De igual forma, es posible hacer una analogía con las personas: todas necesitamos un espacio ecológico para crecer. Nuestro mundo determina nuestro desarrollo. Éste va a depender del espacio y las oportunidades mentales, emocionales, espirituales y físicas que decidamos darnos.

Parábola del libro “Aplícate el Cuento” de Jaume Soler y M. Mercè Conangla.

¿Aceptación o control mental?



Terapias de aceptación y mindfulness frente a las técnicas cognitivo-conductuales para la eliminación de pensamientos instrusos.

Durante décadas los psicólogos clínicos han desarrollado procedimientos con el objetivo de extinguir, disminuir y/o cambiar los pensamientos intrusos. Varios de estos métodos forman parte del arsenal terapéutico más identificado con la terapia cognitivo-conductual (por ejemplo, la parada de pensamiento, la distracción o la reestructuración cognitiva).

Sin embargo, hoy en día estas técnicas han sido cuestionadas tanto desde la investigación básica como desde el campo clínico aplicado. Como alternativa, las nuevas corrientes de la terapia de conducta proponen recurrir a los métodos de aceptación y mindfulness ante la aparición de este tipo de pensamientos.

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El placebo y la psicoterapia son mejores que los antidepresivos para tratar la depresión - Entrevista a Irving Kirsch



Irving Kirsch y su equipo de investigación han sido los artífices de una prometedora y provocadora línea de investigación que ha puesto en tela de juicio la eficacia de los antidepresivos y que ha revolucionado la interpretación de los resultados de la literatura científica en depresión, cuestionando seriamente los modelos de enfermedad mental y la práctica médica habitual, basada exclusivamente en la intervención farmacológica para este tipo de pacientes.

Aprovechando su próxima visita a España, Infocop ha realizado, junto con la SEPCyS, una entrevista a este conocido psicólogo, quien reflexiona sobre los últimos hallazgos en este campo y su repercusión en la práctica clínica.

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Francisco Gázquez propone huir de la multitarea para disfrutar cada momento

Gázquez, que recientemente ha publicado el ensayo "Mindfulness, el despertar de la vida", parte del concepto de que hay que concentrarse con ahínco en cada instante del presente y no ejercer multitareas, como leer y ver la televisión, conducir y hablar por el móvil o hablar y "chatear" al mismo tiempo, como ejemplos.



"Como filosofía de vida, el "mindfulness" supone una orientación para que sepamos seleccionar los aspectos óptimos de la existencia y discernir mejor, siendo capaces de prestarles una mayor atención", subraya Gázquez en este ensayo, que ha publicado la editorial Paidós.
Este madrileño afincado en Gante (Bruselas), aboga por afrontar los acontecimientos cotidianos siendo conscientes de todos los instantes de nuestra vida, "para no acabar viviendo en una continua espiral en la que contemplamos el mundo como algo ajeno y hostil".

Gázquez, que emigró a Bruselas durante la anterior crisis económica de 1993 y que predica con el ejemplo desde hace quince años, advierte que el "mindfulness" no es lo mismo que las nuevas tendencias "slows", "ya que no significa vivir lentamente, sino de un modo más consciente".

leer articulo completo en "El Pais"




 

Meditación para potenciar el cerebro

Durante mucho tiempo la meditación se ha asociado a los yoguis y a los hippies, a posturas raras y palabras tipo oommm, pero la ciencia demuestra que meditar cambia la estructura y la función de nuestro cerebro.


¿A quién no le gustaría trabajar en una empresa como Google? En sus oficinas centrales, ubicadas en California, disponen de restaurantes, cafeterías, gimnasios, piscinas, salas de relax y masajes; pistas de tenis y de voleibol. Incluso hay salas para jugar a la consola, hacer puzles o construir un lego. La idea es que los geek encargados de seguir haciendo que Google continúe al frente de la innovación tecnológica en la red puedan tomarse una pausa cuando estén cansados o agobiados y despejarse. Así, seguro que luego rinden más y son mucho más eficientes y creativos.

De un tiempo a esta parte, además, entre la oferta de actividades que proponen a sus trabajadores, hay un curso de meditación. Se llama “Busca en tu interior. El camino inesperado para conseguir éxito, felicidad (y paz en el mundo)” y se trata de sesiones orientadas, sobre todo, a enseñar a la plantilla de este gigante de internet inteligencia emocional a través de la práctica meditativa. Desde que lo pusieron en marcha, ya han pasado más de mil trabajadores por estas clases, y hay largas listas de espera cada vez que lo ofertan, cuatro veces al año. En cada ocasión pueden participar hasta 60 personas y dura siete semanas.

En un reportaje sobre este programa de meditación, publicado hace unos meses en The New York Times, Richard Fernández, director de desarrollo ejecutivo y psicólogo de formación, afirmaba que notaba muchas diferencias en cómo llevaba a cabo su trabajo después de tomar estas clases. Aseguraba que ahora era mucho más flexible y era capaz de adaptarse mejor a las situaciones como jefe de un equipo: “Escucho más atentamente y con menos reactividad en las reuniones”, decía.

Google no es la única empresa que entrena a sus trabajadores en esta práctica oriental. También lo hace, por ejemplo, el Deutsche Bank. Se ha comprobado científicamente que meditar reporta muchos beneficios. Hasta ahora, solía asociarse con la relajación y se sabía que reducía el estrés. Pero ahora, gracias a las técnicas de imagen cerebral desarrolladas en los últimos veinte años, se ha podido empezar a demostrar que meditar tiene la capacidad de modificar la estructura del cerebro y también sus funciones.

Tan sólo media hora de meditación al día basta para aumentar la capacidad de atención y de concentración; también mejorar la memoria y el proceso de toma de decisiones. Y, quizá lo más importante, regular las emociones. Eso hace que, en un equipo, la gente se entienda, sea más empática y se lleve mejor, que esté más avenida y el grupo sea más compacto, lo que repercute positivamente en la calidad del trabajo.


Cosa seria A pesar de que durante bastante tiempo –e incluso tal vez ahora– se solía asociar la meditación con los hippies y los yoguis, y muchos eran escépticos acerca de sus beneficios, lo cierto es que esta práctica empezó a despertar el interés de algunos científicos hace casi cuarenta años. Richard Davidson, profesor de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin-Madison, y director del Centro para la Investigación de Mentes Saludables, fue uno de los pioneros. Cuando al final de su segundo año de carrera en Harvard, en los años setenta, se fue con su mujer a India y Sri Lanka, muchos de sus compañeros y profesores pensaron que estaba loco y que iba a dar al traste su prometedor porvenir.

“El hecho de practicar la meditación era considerado casi una herejía y estudiarla era un imposible científico. […] Mis mentores en Harvard me dejaron muy claro que si quería tener una fructífera carrera científica, estudiar meditación no era el mejor lugar por el que empezar ”, recuerda Davidson, hoy un prestigioso y conocido neurocientífico, en su último libro (2012), El perfil emocional de tu cerebro (Destino). Él no cejó en su empeño. Se pasó tres meses en el Sudeste Asiático, volvió a Harvard, siguió con sus cursos y practicando meditación en secreto. Aún en la facultad, junto a Daniel Goleman, el que luego sería el popular autor del superventas Inteligencia emocional, llevó a cabo un experimento con 58 personas que tenían diversos grados de experiencia en meditación. Vieron que cuanto más habían meditado las personas, menos ansiedad padecían y, en cambio, más capacidad de atención presentaban.

Davidson no era el único científico en aquel entonces que investigaba la práctica meditativa. Jon Kabat-Zinn, un doctor en Biología Molecular del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), comenzó a meditar en 1966 y pensó en aprovechar lo que había aprendido y enseñarlo a otros. Así, en 1979, fundó el programa Mind­fulness para la reducción del estrés, en la Universidad de Massachusetts, una antigua práctica budista que Kabat-Zinn pensó que podía aplicarse para tratar a personas que sufrían de este mal. Hoy en día, esa forma secular de meditación es la más extendida en centros médicos y clínicas universitarias europeas y de América del Norte.

En 1999 se produjo un paso importante: Davidson y Kabat-Zinn midieron la actividad eléctrica de un grupo de voluntarios con electroencefalogramas, de los que previamente habían calculado los niveles de ansiedad y estrés que sentían. Luego, los participantes empezaron a seguir un curso de mindfulness. Al cabo de cuatro meses, los dos neurocientíficos comprobaron que la corteza cerebral encargada de las emociones y de una mayor o menor resistencia a la adversidad había triplicado su activación. Además, comprobaron que el sistema inmune de los participantes había mejorado. El estudio científico de aquella ancestral práctica budista comenzaba a dar frutos importantes.

Mindfulness o conciencia plena En los últimos dos años, se han publicado numerosos estudios científicos que demuestran que meditar fomenta la autoconciencia, la empatía, la memoria, la capacidad de aprendizaje y la creatividad. Una de estas investigaciones, quizá la más importante, es la que ha llevado a cabo un grupo de psiquiatras del hospital General de Massachusetts, liderados por la doctora Sara Lazar, quien afirma que si bien la práctica de la meditación se suele asociar a una sensación de tranquilidad y relajación física, se ha visto desde la medicina que también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante todo el día. Y que son esos beneficios demostrados los que están detrás de la sensación de bienestar.
Para esta investigación, Lazar y su equipo tomaron imágenes por resonancia magnética de 16 voluntarios dos semanas antes y dos después de que realizaran un programa de mindfulness de dos meses, en el que se les hacía meditar unos 27 minutos diarios. Los investigadores encontraron un aumento de la densidad de la materia gris en el hipocampo, área del cerebro esencial para el aprendizaje y la memoria, así como en estructuras relacionadas con la compasión, la introspección y la autoconciencia.

Y no sólo eso. Vieron, además, que disminuía la materia gris en la amígdala, zona encargada del miedo y del estrés, lo que abre la puerta a nuevas terapias para pacientes con graves problemas de estrés postraumático tras haber sufrido una experiencia dura, como un accidente o un atentado. Los voluntarios también habían mejorado en tareas que requerían atención y procesamiento sensorial. En las personas de mayor edad, la diferencia era más que notable, lo que sugiere que tal vez meditar pueda ayudar a frenar el proceso de reducción del córtex cerebral y el declive cognitivo, asociado a la edad.

Más atención y concentración El mindfulness o conciencia plena es una práctica milenaria que hunde sus raíces en el budismo y la filosofía zen. “No se trata de un método particular, ni tampoco de una técnica –explica Jon Kabat-Zinn en Mindfulness en la vida cotidiana (Paidós)–. Se trata de estar abierto a jugar con la posibilidad de darte cuenta de qué estás sintiendo en cada momento y no intentar sentirse diferente”. Básicamente, tiene que ver con concentrarse en una imagen, un sonido, o en la respiración propia. Aunque a simple vista parece demasiado sencillo, lo cierto es que esta práctica parece ejercitar partes del cerebro que nos ayudan a prestar atención. Por ejemplo, en diversos centros de Estados Unidos se han llevado a cabo algunos estudios en los que emplean técnicas muy sencillas de meditación con niños de cuatro años. Les ponen una piedra pequeña en la barriga y les dicen que deben concentrarse en esa piedra mientras respiran. Después de unas semanas, los pequeños mejoran su atención en clase, se concentran más y son más creativos.

“La atención es la clave para aprender y la meditación te ayuda a regularla”, afirma Richard Davidson, director del Laboratorio de Neurociencias afectivas de la Universidad de Wiscosin. Pero ¿en qué consiste exactamente meditar? Constanza González, psicóloga clínica (Sentit.es), explica que meditar es “un espacio para poder detenerse y darse cuenta de lo que está pasando en nuestro interior. Una vez te detienes, puedes observar con qué actitud vives lo que estás viviendo y te permite tomar decisiones respecto a muchas cosas. Es, simplemente, el ejercicio de estar presente, de observar, sin juicios”, razona.Y pone un ejemplo a modo de metáfora: “Imaginemos a una persona que trabaja en el campo, realiza mucho trabajo físico. Al llegar a casa, se detiene, se sienta en el sofá y descansa. Meditar es parecido a eso. Es no pensar en lo que tienes que hacer, en lo que has hecho, en lo que dijiste, en lo que te dijeron. Es, simplemente, estar presente viendo qué sucede aquí y ahora”. Un ejercicio muy sencillo consiste en prestar atención a la propia respiración. El estar concentrados en inspirar y expirar nos genera calma, sosiego y nos permite descansar, porque dejamos de darle vueltas a aquellas cosas que nos preocupan para prestar únicamente atención a la respiración. Y este ejercicio tan simple puede potenciar nuestra creatividad, puesto que cuando estamos obcecados con algo, no podemos abandonar el lugar en que estamos y cambiar de perspectiva para ver las cosas de otra forma. “La meditación –destaca la psicóloga Constanza González– nos permite abrir el espacio necesario para ver con claridad”.

Silencio en medio del zumbido “A lo largo de toda mi vida he tenido como un zumbido en la cabeza. La práctica meditativa ha hecho que en tan sólo unas cinco semanas se haya empezado a crear un silencio en mi interior. Ahora noto quietud, tranquilidad, y eso me da mucha perspectiva y me permite estar mucho más sosegado”, explica Vicenç Castellano, el que fuera el popular presentador del espacio televisivo Ajuste de cuentas, y hoy en día al frente de Traders International, un programa on line para aprender a invertir en bolsa y convertirse en trader profesional.

Hace un año que este experto en economía practica meditación de manera regular entre una hora y una hora y media. “Se trata de aquietar la mente, observando los pensamientos, sin quedarte atrapado en el proceso del propio pensamiento. Es observar el propio proceso de pensar”, añade. Para Castellano, la meditación es, además, su arma secreta para ser más creativo en su trabajo y no dejarse secuestrar por las emociones en su vida diaria. En lugar de reaccionar, su opción es actuar. “Como estás mucho más sereno y estás centrado, las ideas fluyen”, considera. “Los pensamientos son como una línea de puntos seguidos que bombardean continuamente a la mente muy rápido. Pero si te quedas observando los pensamientos que vienen y van, puedes alejarte de ellos. Y llega un momento en que el bombardeo empieza a disminuir y te das cuenta de que entre pensamiento y pensamiento hay algo mágico: un espacio de consciencia“.

Otros beneficios Andrés Martín Asuero (Andresmartin.org) es uno de los principales expertos que hay en España en mindfulness y en terapias de reducción del estrés y del dolor, y se formó junto a John Kabat-Zinn. Lleva décadas estudiando, practicando y enseñando esta tradición y cuenta que el sosiego, la creatividad y el ser capaces de actuar y no de reaccionar, son tan sólo algunos de los efectos positivos que produce meditar. También, asegura, disminuye el nivel de cortisol en sangre y eso, a su vez, disminuye el estrés. El cortisol es una hormona neurotóxica capaz de arrasar las terminaciones neuronales y disminuir así la capacidad de memorizar y de aprender.
Además, en un trabajo llevado a cabo con la Universidad del País Vasco y el Colegio de Médicos de Bizkaia, ha demostrado que meditar baja la tensión arterial y mejora el sistema inmune. “El cortisol afecta a nuestras defensas, de manera que si conseguimos reducir el nivel de esta hormona tóxica, también mejoramos nuestras defensas naturales contra las enfermedades”, dice Martín, autor del libro Con rumbo propio (Plataforma).

Meditar también beneficia nuestra capacidad empática. Al ser capaces de calmar la mente, podemos estar en contacto con nosotros mismos y al mismo tiempo con los demás, como demostró un experimento emprendido por Andrés Martín con 84 profesionales del ámbito de la salud en Barcelona. Entrenó a médicos y enfermeras durante un año en mindfulness y al acabar el programa estos afirmaban sentirse menos irascibles y ansiosos; consiguieron reducir el estrés que sentían y, sobre todo, aumentaron los sentimientos de empatía y compasión, esenciales para tratar con los enfermos. “En un centro hospitalario siempre se producen situaciones de estrés –relata Toni Prats, jefe del servicio de anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor del hospital Asepeyo de Sant Cugat (Barcelona)–. El nivel de exigencia es alto, hay situaciones de nervios y a veces la gente pierde los papeles”. Hace dos años, Prats, que es también instructor en mindfulness, empezó a explicarle a sus compañeros del hospital qué era aquello de meditar y los invitó a participar en un curso. Para su sorpresa, el éxito de la convocatoria fue rotundo y desde entonces, repite cada cierto tiempo este entrenamiento.

“Meditar hace que entres en la habitación de un paciente prestando plena atención a aquella persona, sin estar pensando en el otro que acabas de dejar en la habitación contigua o en la operación que tienes luego. Con entrenamiento, somos capaces de percatarnos de que, tal vez, lo que le sucede a ese paciente es que tiene miedo, que está ansioso ante una posible intervención. Entonces podemos conectar con esa persona”, cuenta Prats. El año pasado, este médico anestesista que practica meditación desde hace años cada día y que es ahora también instructor, puso en marcha un programa piloto en el hospital. Se trataba de un curso de tres semanas dirigido a familiares de pacientes con daño cerebral, para ayudarlos a sobrellevar la situación a que debían enfrentarse. Y los resultados fueron muy positivos. También Kabat-Zinn llevó la meditación a los hospitales; entrenó a pacientes que debían operarse y que presentaban un nivel de ansiedad y angustia elevado en prácticas meditativas, y así consiguió aliviarlos.

Aunque, lo que de verdad es importante, señala la psicóloga clínica Constanza González, no es tanto lo que sucede cuando uno medita, sino después, justo cuando retomamos nuestra vida y empezamos a resolver y a encarar las cosas desde esa perspectiva. Se trata de detenernos para poder actuar y no dejarnos llevar por la inercia que, a menudo, nos hace sufrir. Meditar para cambiar nuestro cerebro y cómo funciona, y entonces, así, cambiar nuestra vida.


fuente: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120928/54351952597/meditacion-para-potenciar-el-cerebro.html

Entrevista en Onda Cero - La Ciutat

Francisco Gázquez propone huir de la multitarea para disfrutar cada momento

El psicólogo Francisco Gázquez aboga por huir de la multitarea,
en las que se funciona constantemente con el "piloto automático",
y apuesta por la opción del "modo manual" para disfrutar con
intensidad de cada momento.
Gázquez, que recientemente ha publicado el ensayo "Mindfulness,
el despertar de la vida", parte del concepto de que hay que concentrarse
con ahínco en cada instante del presente y no ejercer multitareas,
como leer y ver la televisión, conducir y hablar por el móvil o hablar
y "chatear" al mismo tiempo, como ejemplos.

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Camino hacia la depresión

Depresión, ansiedad, estrés... Los trastornos mentales aumentan de forma significativa como consecuencia de la crisis económica. El paro y los desahucios, o el miedo a caer en ellos, se han convertido en dos de las causas principales del empeoramiento de la salud mental de los españoles desde que se inició la Gran Recesión
 
 06:30  
Camino hacia la depresión
 Esta crisis no deja títere con cabeza y a su paso está arrasando la salud mental de los españoles.
Depresiones, ansiedad e incluso los suicidios se están disparando desde que comenzó la Gran Recesión.
La pérdida masiva de empleos, las prestaciones sociales que se agotan después de más de cuatro años de crisis, familias en las que ninguno de sus miembros tiene ya ingresos fijos, hijos que vuelven al hogar familiar tras haberse independizado, jóvenes bien formados que no encuentran trabajo ni de becarios, ancianos que tienen que ayudar con sus magras pensiones a que hijos y nietos puedan subsistir, la presión cada vez más insoportable de quienes trabajan y pende sobre ellos la amenaza del despido, los horarios cada vez más largos provocados por la reducción de personal, el recorte de salarios que deshace presupuestos familiares ya muy ajustados, los autónomos que ven cómo sus empresas se agotan por falta de clientes y de crédito, los comerciantes desesperados tras el mostrador porque muy poca gente entra a comprar, familias atenazadas por el pavor a que les desahucien de sus casas porque no pueden pagar la hipoteca... ¡Para qué seguir!

Todo un mundo se ha derrumbado casi de un día para otro. En poco menos de un lustro, la sociedad española ha pasado de la opulencia (no todos), de vivir por encima de sus posibilidades (no todo el mundo) con la impresión de que la espiral de crecimiento no se rompería nunca a una pérdida generalizada de riqueza, al agobio de quedarse sin empleo, sin ahorros e incluso sin casa, a la perspectiva cierta en algunos que nunca lo imaginaron de casi no tener qué comer y haber de recurrir a la caridad.

Médicos, sociólogos y psicólogos coinciden en que una de las consecuencias de toda esta desolación es el incremento de enfermedades como la depresión, la ansiedad o el estrés. Crece el consumo de ansiolíticos, de pastillas para combatir el insomnio. No es para menos, desde luego. La doctora en Sociología por la Universidad de Valencia, María Eugenia González, considera que ciertos trastornos mentales están directamente asociados con el nivel de ingresos de cada persona y basa su análisis en una encuesta correspondiente al primer semestre de 2010. Así, el 14 % de las personas cuyos ingresos están por debajo de 600 euros al mes padece depresión, mientras que un 12,2 % tiene ansiedad crónica. Sin embargo, sólo el 3,6 % de quienes ganan más de 3.600 euros mensuales ha caído en la depresión y un 5 %, en la ansiedad.

González precisa a continuación que las encuestas, tanto en España como en la Unión Europea, "muestran que hay una relación entre salud y trabajo". Así, "quienes tienen trabajo retribuido tienen mejor salud que los parados o las amas de casa". Y es que el paro "altera la visión que tiene uno de sí mismo y también las relaciones familiares y la convivencia". La pérdida de ingresos "es básica, porque merma la calidad de vida y acerca el peligro de exclusión social". Pero no todo es dinero, asegura esta socióloga especializada en temas de salud, porque perder el trabajo comporta también la pérdida de las relaciones laborales, el contacto con los compañeros de trabajo, con las personas con las que uno se interrelaciona a través de su empleo y ello puede desembocar en el "aislamiento social".

5 años, 4.000.000 de parados

Las magnitudes del desastre se pueden intuir observando la evolución del paro desde el inicio de la crisis. En septiembre de 2007, cuando ya había estallado el escándalo de las hipotecas basura, había en España dos millones de personas registradas en las oficinas de empleo. Justo cinco años más tarde esa cifra casi se había duplicado hasta alcanzar los 4,7 millones. Es decir, en un lustro, el número de españoles que se encuentra sin empleo ha aumentado en 2,7 millones. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) conocidos el viernes son más aterradores, porque en ese mismo período de tiempo se ha pasado de 1,7 a 5,7 millones de desempleados: cuatro millones más. Por tanto, teniendo en cuenta las valoraciones de la socióloga González y los datos anteriormente mencionados, no es de extrañar que los médicos de familia hayan detectado un incremento considerable en el número de pacientes con depresión y ansiedad desde que se iniciara la crisis.

El presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Carlos Fluxá, asegura no disponer de datos concretos de aumento de las consultas médicas por trastornos mentales, pero es rotundo al afirmar que estas se han incrementado de forma significativa desde el inicio de la recesión: "Ha empeorado el cuadro anímico. Hay más depresiones y estados de ansiedad. Existe una relación entre el estado anímico y el dolor: el umbral es más bajo, se tolera peor y, por tanto, es necesario medicarse más". Fluxá destaca el mayor consumo, sobre todo en mujeres, de pastillas contra la ansiedad y el insomnio. Asimismo, apunta otro efecto de la crisis: los enfermos son más reacios a pedir la baja laboral, "porque temen la posible bajada de salarios y una reacción negativa de la empresa". El presidente de la Sociedad de Medicina Familiar considera que el colectivo más castigado es el de las personas de entre 45 y 50 años "que van al paro y se quedan en tierra de nadie", con la incertidumbre de si volverán a encontrar un empleo dada su edad. Las personas mayores, que por razones obvias son quienes más acuden al médico de cabecera, «se estresan por los problemas de sus hijos o los suyos propios, la inseguridad que padecen por el aumento del coste de la vida y la merma en sus pensiones, y eso les provoca más insomnio y depresión», afirma Fluxá, quien apunta que a "los jóvenes, en su mayoría gente sana, los conocemos poco en atención primaria, así que no sabría decir si ha habido un aumento en las consultas". Donde sí se ha detectado es el colectivo de los autónomos con empresa propia, atenazados por la marcha decadente del negocio, la obligación de despedir trabajadores o la amenaza del cierre.

Roger Muñoz, coordinador de Psicólogos por la Salud Mental Pública, un grupo organizado por el Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana para analizar el impacto de estos problemas en la sociedad, asegura que el incremento de los trastornos mentales durante esta crisis obedece fundamentalmente a la "pérdida de los pilares de estabilidad del sujeto", es decir, el trabajo y la vivienda. Y es que "el trabajo ha sido siempre una fuente de salud cuando se desarrolla dentro de la normalidad y con unos mínimos de calidad". Muñoz señala que las ventas de ansiolíticos y antidepresivos se han triplicado desde el inicio de la crisis „en 2010, cuando aún no había llegado lo peor de la recesión, los farmacéuticos cifraban el incremento en un 10 %„ y denuncia que la precariedad del sector público está provocando que en España el tratamiento a estos enfermos se haga mayoritariamente a través de medicamentos: "Entre el 40 % y el 60 % de las consultas de los médicos de atención primaria es por salud mental, pero, como tienen poco tiempo para atender a cada paciente, la solución es dar fármacos, un consumo que podría reducirse si se derivaran a psicólogos públicos". Pero en España solo hay 4,3 psicólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 51 de Alemania o los 23 de Ecuador.

De esta dinámica lo que se deduce es un posible problema de adicción: "Los ansiolíticos deberían tomarse solo entre uno o dos meses, pero hay gente, sobre todo mujeres, que llevan años consumiéndolos". Muñoz asegura que no se ha detectado un aumento durante la crisis de personas que admiten tener un problema con las pastillas, pero "porque no asumen que tienen un problema psicológico y, como se las receta el médico, no reconocen la adicción". El consumo que ha aumentado de forma considerable en los últimos años ha sido el de alcohol: "Las unidades de conductas adictivas de la sanidad pública están saturadas por parados que han elevado su ingesta de alcohol y, en menor medida, de otras sustancias". Los principales pacientes son los hombres.
Pastillas y bebida. Dos formas diferentes de afrontar los problemas. También son distintos los motivos que inducen al trastorno mental a hombres y mujeres. Roger Muñoz asegura que son las féminas de mediana edad las que caen en mayor número en la ansiedad o la depresión: "Tienen más desigualdad laboral y de derechos y una mayor sobrecarga. Además, son las figuras cuidadoras de los hijos y los ancianos, del núcleo familiar, y sufren un estrés mayor". Los hombres de mediana edad son el otro colectivo que más padece los citados trastornos, pero en su caso el sufrimiento les llega porque se han quedado sin trabajo, "se sienten inservibles, ya que su rol es el de llevar el sustento a la familia". De alguna manera, podría decirse que a muchas mujeres las estresa la crisis porque aumenta sus responsabilidades y cargas y a los hombres, precisamente por lo contrario.

Muñoz considera que los más jóvenes son otro de los colectivos más castigados por la crisis, como pone de manifiesto el hecho de que casi la mitad de ellos se encuentre en el paro y sin expectativas de destino. Por ello, tienden a emigrar, pero, según Muñoz, es el grupo social entre el que menos se detecta aumento de trastornos "por la forma de vida española; somos más sociales" y porque, pese a todo, la juventud siempre tendrá más futuro que los ancianos. Una mayoría de estos, en lugar de pasar plácidamente sus últimos años, se han visto golpeados por una crisis implacable: "Al margen de su aislamiento social, están padeciendo una sobrecarga familiar [algunos incluso han abandonado las residencias donde vivían para irse con hijos en apuros a los que aportan parte de su pensión], y cada vez tienen menor poder adquisitivo con la subida del IVA y el copago sanitario".

artículo original

Entrevista a Francisco Gázquez en "Piensa es gratis"


1. La felicidad es… disfrutar de una mirada, agradecer una sonrisa, observar la lluvia en el cristal o el sol al amanecer.

2. ¿Qué es lo mejor que puedo aportar a los demás? El respeto, el buen humor y el entusiasmo.
3. Lo que más respeto La confianza, la sinceridad, los corazones sanos.

4. Lo que más me indigna La injusticia.

5. ¿Qué significa para mí el pasado? Aprender.

6. ¿Y el futuro? Seguir aprendiendo.

7. Mi principal virtud La paciencia.

8. Mi principal defecto Tomarme las cosas a veces demasiado en serio.

9. ¿Mi gran sueño? Vivir bajo el sol, junto a los míos, escribir y navegar por el Mediterráneo.

10. ¿Mi objetivo vital? Contribuir a que el mundo sea un lugar más agradable donde vivir.

11. ¿Mi objetivo profesional? Inspirar a las personas para que tomen las riendas de su vida y se arriesguen a vivir plenamente.

12. Mi personaje más admirado: Kung-fu panda.

13. Mi libro, mi canción y mi película: El principito, Entre dos aguas de Paco de Lucia y Matrix.

14. Mi lugar inspirador: La montaña de Cura en Mallorca.

15. ¿De dónde aprendo? De todos, pero especialmente de los más pequeños.

16. ¿Qué aprendí de mis errores? Que en la vida no hay decisiones buenas o malas, solo decisiones.

17. ¿A qué le temo? A que se me pase el arroz cuando preparo la paella.

18. ¿Cuánto tiempo al día dedico a pensar en mi mismo? Probablemente demasiado poco.

19. ¿Por qué los demás deberían creer en mí? No es necesario que crean en mi, yo creo en ellos y eso me basta.

20. La suerte es… Despertarse por la mañana y descubrir que uno está vivo.

21. La vida es… Una aventura.

22. ¿Qué harías si hoy fuese tu último día? Creo que me iría a dormir temprano para emprender el viaje bien descansado


Entrevista original completa

Presentación del libro "El despertar a la vida"


La atención plena como camino de armonización


Mindfulness, práctica meditativa que promueve la presencia total en lo que nos sucede, disminuye el estrés y ayuda a desarrollar un rol activo en el cuidado de la salud.





Mindfulness, traducido como atención plena o mente plena, es un tipo de atención intencional, totalizadora, momento a momento y sin juzgar (Kabat-Zinn, 2000).

Esta forma de estar presentes, conscientes, de todo aquello que nos ocurre, nos facilita estar más conectados con las experiencias que nos tocan vivir, más allá de si son agradables o desagradables, podemos controlarlas o no.

Mindfulness es utilizado como un entrenamiento integral mente-cuerpo que incorpora la apertura de los sentidos y la intercepción, movimientos suaves de yoga y las llamadas meditaciones formales (prácticas personales donde se practica la autoobservación, la paciencia y la aceptación de los distintos fenómenos que aparecen en la experiencia del meditador) y meditaciones informales (atención plena a distintas situaciones cotidianas como el bañarse, comer, caminar, etc).

Como entrenamiento, requiere una práctica sostenida de al menos 8 semanas (los cambios que se registran en el cerebro parecen estar asociados a este período de tiempo) y un compromiso con la asunción de lo que llamamos “un rol activo” en el cuidado de la salud.


Más empatía

Dentro de los beneficios reconocidos de Mindfulness encontramos la percepción menos reactiva del dolor severo, la habilidad para incrementar la tolerancia al dolor o al sufrimiento, la disminución del estrés, ansiedad y estados depresivos. Esta práctica mejora la adherencia a los tratamientos médicos o psicológicos, desarrolla la empatía, la paciencia y la autoobservación. Puede generar motivación para realizar cambios en la calidad de vida a través de una conexión social mayor y enriquecimiento de los vínculos. Además, se están investigando sus efectos positivos sobre el sistema inmunológico, en el sistema nervioso y en la función endócrina.

Desde sus inicios, miles de personas han practicado Mindfulness y han recibido los beneficios de este método integral, inclusive en ámbitos como el empresarial, el deportivo y las cárceles. En un mundo en el cual se está desarrollando una conciencia más amplia y comprometida con la vida, la salud y el medio ambiente, la conciencia “mindful” o plenamente atenta tiene un lugar destacado y constituye el aporte más extraordinario que cada uno de nosotros puede brindar a la sociedad.


fuente original

Conciencia plena

 
Después de diez años de aprendizaje, Tenno alcanzó el rango de profesor de Zen. Un día lluvioso, fue a visitar al famoso maestro Nan-in. Cuando entró, el maestro lo saludó con una pregunta,
 
- ¿Dejaste tus zuecos de madera y paraguas en el pórtico?
 
-Sí - contestó Tenno.

-Díme -continuó el maestro - ¿colocaste el paraguas a la izquierda de tus zapatos, o a la derecha?
 
Tenno no supo la respuesta, y se dio cuenta que todavía no había logrado tener conciencia plena. Así que se convirtió en aprendiz de Nan-in y estudió con él diez años más.

Intervención sobre los niveles de burnout y resiliencia en docentes de educación secundaria a través de un programa de conciencia plena (mindfulness)

En este estudio se analizan los efectos que un programa de meditación para el entrenamiento y desarrollo de la conciencia plena (mindfulness), puede tener sobre los niveles de burnout y de resiliencia en un grupo de docentes de educación secundaria.

Para ello, se contó con la participación de un grupo experimental que recibió dicha intervención en conciencia plena, y un grupo control que no fue sometido a dicha intervención, realizándose en ambos grupos tres medidas de las respectivas variables (pretest-postest-seguimiento).

Los análisis estadísticos realizados muestran la existencia de diferencias estadísticamente significativas entre el grupo experimental y el grupo control en las variables estudiadas una vez finalizado el programa de intervención.

Concretamente, se obtuvo una reducción significativa en el grupo experimental respecto al grupo control en sus niveles de burnout, así como un incremento significativo en las puntuaciones de resiliencia. Dichas diferencias se mantuvieron cuatro meses después de finalizada la intervención.

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La buena noticia del Alzheimer se llama Mindfulness

El siguiente texto es una adaptación y traducción de un artículo original publicado en Huffington Post. Cuando en los contenidos que aparezcan a continuación usted lea referencias a la primera persona del singular (Yo, mio, mí, etc)  lo estará haciendo al autor original (Margarite Monteau-Rao) del texto y no al traductor (Martín Gamaliel Rodríguez).

El interesado en saltear la barrera del idioma y leer el texto original, por favor dirígase al siguiente enlace:

La buena noticia del Alzheimer se llama Mindfulness

 


"Un anciano que se muere,
es como una bliblioteca que se quema"

Proverbio africano
Antiguamente asociaba Alzheimer con una mala noticia
Mi madre comenzó a mostrar signos de deterioro mental hace siete años.
Ella, se las arregló bastante bien para vivir sola por al menos seis años más. Esa situación discontinuó cuando su seguridad se convirtió en un verdadero problema.
Mi hermano y yo, nos las arreglamos para convencerla de que entre a un centro de asistencia cercano. De más está decir,  que esos seis años fueron difíciles para todos nosotros. El miedo, la impotencia, la frustración, el dolor, se convirtieron en nuestros compañeros inseparables, ya que cada día, el alzheimer, parecía arrastrarla más abajo en la  espiral de locura.

Hoy me tomo las cosas de manera diferente

Desde ya, nada cambió en el desenlace ni en el devenir de la enfermedad de mi madre, dado que aun, cada momento de su vida, es una lucha y requiere de mucho esfuerzo y sus lapsos de memoria son cada vez más penetrantes.
Pero como dice el título de éste artículo, hay una buena noticia.
La buena noticia, en éste caso, proviene de mí, y la forma en que he sido capaz de experimentar de manera diferente, y convertirme en una presencia sanadora para mi madre, y para conmigo misma.



La buena noticia se puede resumir en una palabra: Mindfulness

Debido a tormentosos momentos, y pasando por fuertes penares, retomé la práctica de Mindfulness (atención plena) que había abandonado hacía al menos un año atrás. Mediante la práctica diligente, en el cultivo de la atención plena (Mindfulness) tuve la posibilidad de des-identificarme con mis pensamientos. A su vez, he aprendido a aceptar  toda la realidad del momento presente, ya sea agradable o desagradable. Aprendí a tomar distancia de mi sufrimiento y el de los demás, logrando ecuanimidad. Empecé a apreciar la naturaleza transitoria de la vida, en su natural devenir sin reaccionar, cuando ésta sube y cuanto ésta baja. Aprendí, también,  a ver la naturaleza del yo como algo que fluye, y su dependencia de las experiencias externas.
Mediante el  uso de este nuevo paradigma, brindado por la práctica de la atención plena, pude recibir  las llamadas telefónicas diarias de mi madre. Antiguamente, esa situación me estresaba mucho y me hacía colapsar. Ahora, ya no sólo soy  una cuidadora de una paciente con Alzheimer, pues me he convertido en  una destinataria de  la sabiduría y del  amor de mi madre.
Lo mismo ha estado ocurriendo durante mis encuentros semanales con los antiguos residentes de un  Hospicio Zen, en la que muchos de ellos padecen algún tipo de  demencia. En éste punto, he llegado a comprender que las seres humanos con Alzheimer tienen mucho que ofrecernos en cuanto a la inteligencia del corazón.

 
Lo que podemos aprender de los pacientes con Alzheimer:

Dejar de lado nuestra ansiedad sobre el futuro
Vivir en el momento presente
Amor sin la mancha del apego
A ser real
A jugar y reír
A no traer los resentimientos del pasado al presente
Ser espontáneo,
A no identificarnos  tanto con nuestros pensamientos
A no preocuparnos por cosas innecesarias
Abrir nuestros corazones,
Reducir la velocidad y el ajetreo
A ser agradecido por las cosas pequeñas
A ser personas más justas
A  liberarnos de los juicios y opiniones externas
y, a aventurarse en el campo claro del espíritu.

                             

Más allá de la enseñanza Mindfulness del Alzheimer
Por supuesto, surgen muchas preguntas en éste proceso de sanación.
Desde cómo capacitarnos para
emprender y realizar  este cambio, de ser un cuidador que sólo presta un servicio asistencial a un enfermo, hasta cómo lograr ser un buen amigo involucrado en un intercambio justo, solidario y sostenible con la persona que padece Alzheimer.

Para conseguir mis respuestas, he ido a practicar al Hospicio Zen.  En el hospicio, nos enseñaron a practicar la atención compasiva y por su parte, ha hecho de la atención plena (Mindfulness)  la piedra angular de las capacitaciones para el cuidado de pacientes con Alzheimer y otras enfermedades.
En el hospicio, empezamos cada turno con una meditación sentada, seguido de una reflexión grupal. Se nos enseña a sentarnos al lado de la cama del paciente. Aprendemos a  respirar y escuchar activamente con todos los sentidos, considerando no sólo nuestra realidad, si no también la realidad de la otra persona.
Nuestra interacción con cada residente se convierte en otra meditación Mindfulness de atención plena, que nos posibilita ser personas más íntegras.
Al final, nos sentamos juntos y compartimos nuestras experiencias de  transición.
También nos sentimos alentados a pasar un tiempo sin  hacer nada después de salir del hospicio, a modo de regresar a nuestras vidas diarias en forma tranquila.
Estas actividades, que son un montón de prácticas de atención plena, se enseñen en el hospicio  por dos razones principales. Primero porque en el proceso de ayudar y comprender a los otros, se genera en nosotros mismos una gran alegría, y en segundo lugar,  porque  los residentes sienten mucho al  amor (vale aclarar, que los pacientes con Alzheimer, en un contexto Mindfulness, responden con amor a su medio ambiente. Situación, que a lo mejor  no suceda cuando el contexto no sea Mindful y sin compasión).


Este concepto es apoyado por Allan Power, en su libro “Dementia Beyond Drugs'”:
Hay dos claves para ayudar a los cuidadores y acompañantes terapéuticos, para que éstos, puedan morar en  un enfoque positivo en relación a  sus interacciones diarias con éstos pacientes. La primera es crear un sistema de apoyo fuerte para todos los que trabajan en un entorno determinado. La segunda clave, es desarrollar para cada persona (caso por caso) un proceso que ayuda a  él o ella, lograr un estado de profundo equilibrio personal, centrado en la naturaleza de la  mente, para qu el cuidador pueda auto-sanarse, en los difíciles momentos en que las cosas se tornan  frenéticas.
Para conseguir estos objetivos,  hay varios métodos de la meditación con especial atención a la respiración profunda como también los ejercicios de  bio-retro-alimentación.
En resumen, el elemento esencial es la atención plena (Mindfulness), la capacidad de existir en el momento presente  y de atender a los sentimientos en  una forma ecuánime e imparcial.
"


Algunas observaciones críticas al modelo MBSR

Alzheimer visto por MRI
Parece que en la mayoría de los programas de entrenamiento Mindfulness,  en la actualidad para  generar acompañantes terapéuticos y cuidadores de pacientes con algún tipo de deterioro cognitivo,  se basan en los programas y modelos  básicos de MBSR, desarrollados primeramente por el Dr.  Jon Kabat-Zinn (MBSR =Mindfulness-Based Stress Reduction).
Las características o puntos importantes aquí para señalar, hacen reflexionar en una insuficiencia del modelo MBSR para acompañantes terapéuticos. Estas faltas son, en primer lugar, que la efectividad Mindfulness, requiere de un compromiso sustancial de tiempo estándar de 8 semanas. Esta cantidad de tiempo,  puede ser una fuente adicional de estrés para los cuidadores, ya que para éstos,  el tiempo es un recurso muy valioso; cuando no escaso.
En segundo lugar, el plan de estudios MBSR no incorpora los datos de la relación de cuidado especializado a pacientes con Alzheimer.
Me gustaría sugerir un modelo híbrido de la formación que combina elementos de MBSR, modelo Hospicio Zen de cuidado compasivo, y un enfoque Eden William Thomas para ancianos y cuidado de la demencia
.
Y de hecho, me parece que este modelo de acompañamiento y formación compasiva, está presta a ser creada.



Conclusiones

No hay necesidad de esperar a que las compañías farmacéuticas, nos brinden sus curas milagrosas. No hay necesidad de esperar a que el sistema de atención institucional realice los cambios que necesitamos, pasando de un frívolo sistema de salud, a un enfoque basado en la compasión y en el cultivo de nuestras potencialidades sanadoras humanas, podemos -aquí y ahora- hacer un cambio.
Tú y yo podemos empezar a hacer una gran diferencia en este momento cambiando la forma en que estamos con nosotros mismos, y la forma en que estamos con todos aquellos que necesitan de nuestra atención.  Opino que para tomar consciencia y comprender nuestra interdependencia, la práctica de la atención plena (Mindfulness),  aquí y ahora, tiene mucho para enseñarnos.
Finalmente, me despido  cantando una de los  Rolling Stones:

You can't always get what you want,
but if you try sometimes well,
you might find you get what you need
.”

No siempre se puede conseguir lo que quieres,
pero si te esfuerzas correctamente,
podrás encontrar  lo que necesitas
.”

fuente

Despertar a la vida

 
¿Cuál es la última vez en que estabas plenamente concentrado en la realización de una sola actividad? No es una pregunta tan sencilla como parece. Nuestro ritmo de vida nos empuja a hacer demasiadas cosas al mismo tiempo, casi de forma automática, sin que nos dé tiempo a pensar a qué nos dedicamos realmente. Un grupo cada vez más numeroso de psicólogos insiste en la necesidad de recuperar lo que se conoce como mindfulness, o antención plena, en definitiva: prestar atención de forma consciente al momento presente.

El concepto de mindfulness es una creación moderna, que se empezó a utilizar hace 30 años para dar cabida a ciertos pensamientos budistas, dejando al margen su contenido religioso. Para el psicólogo Francisco Gázquez es una cosa muy sencilla: “Se trata de prestar atención. Estamos todos muy distraídos. Hacemos muchas cosas a la vez, y es un problema que se acreciente cada vez más debido a la tecnología”. Para explicar todo esto Gázquez acaba de publicar el libro, Mindfulness. El despertar de la vida (Paidós), en el que nos anima a echar el freno y darnos cuenta de lo que realmente importa.

Nos hemos olvidado del presente, de vivir el momentoPara explicar sus ideas nos acerca el siguiente ejemplo: “Esta mañana estaba paseando por El Retiro y vi a mucha gente que iba corriendo escuchando música. Seguro que además estaban pensando en sus cosas. La realidad es que no estaban atendiendo al deporte, ni a la música, ni a lo que estaban pensando. ¿Dónde estaban en ese momento? En ningún sitio. La capacidad de hacer varias cosas a la vez es útil, la necesitamos. El problema surge cuando hacemos esto todo el rato, cuando somos incapaces de ocuparnos de una sola cosa. Nos hemos olvidado del presente, de vivir el momento”.

Vivir la vida siempre, para lo malo y para lo bueno
“Vivir el momento presente”, un concepto muy repetido a lo largo de la historia pero que no siempre significa lo mismo. ¿En qué se diferencia el mindfulness al carpe diem? Gázquez reconoce que son términos parecidos, pero para nada iguales: “El mindfulness no trata sólo de vivir la vida, va de ser capaz de vivir todo más intensamente, no sólo lo que te guste. Lo que ocurre es que tendemos a rechazar las experiencias desagradables, como si no existieran. No se trata de ser masoquistas pero debemos mirar a los ojos a nuestras emociones, no esconderlas”.
Para explicar todo esto el psicólogo utiliza otro ejemplo: “Si te deja tu novia tienes dos opciones, quedarte en tu piso haciendo espacio a esas emociones de pérdida o irte de fiesta con tus amigos y olvidarlo todo. Tan perjudicial es hacer solo una cosa como hacer solo la otra. Lo más sano es oscilar y ver qué te conviene en cada momento, pero desde luego no hacer como si no hubiera pasado nada”.

Cinco pasos para practicar el ‘mindfulness’
En el libro Gázquez explica detenidamente cinco pasos que se deben seguir para despertarnos, abrir los ojos y vivir más intensamente el presente.

1. Despertar a la conciencia
El psicólogo explica que el primer paso para lograr vivir la vida de forma más plena pasa por darnos cuenta en qué medida no estamos ya haciéndolo. Para ello debemos fijarnos en los automatismos, todas aquellas cosas que hacemos sin plantearnos si nos convienen o no. En definitiva, tal como explica Gázquez, “debemos darnos cuenta de qué estamos haciendo en realidad con nuestra vida”.

2. Despertar al mundo interior
Una vez que se han eliminado los automatismos debemos echar el freno y ver qué sentimos, qué pensamos y qué nos dice nuestro cuerpo. De esta manera, cuenta, sabremos en qué situación nos encontramos y qué podemos mejorar.

3. Expandirse a los demás despertando el agradecimiento
“Debemos dejar de ver a través de un túnel y ampliar nuestra visión”, explica el psicólogo. “Esto se puede hacer de más formas pero creo que una de las mejores es a través del agradecimiento, no solo es positivo para nuestras relaciones, además nos hace ver la cantidad de cosas agradables que nos rodean”. Todo esto, cuenta Gázquez, tiene una fundamentación biológica: “El ser humano está predeterminado genéticamente para detectar las amenazas. Solo si nos centramos en el agradecimiento detectaremos también las cosas buenas que nos rodean”.

4. Despertar al reino del corazón
Uno de los principales males de la sociedad moderna es la soledad. Por ello Gázquez insiste en que la única manera de lograr disfrutar der la vida pasa por romper con el individualismo. Para ello debemos tener en cuenta lo que piensan los demás, tener empatía y ser solidarios.

5. Despertar a la unidad
Una vez que nos hemos abierto a los demás, explica el psicólogo, debemos darnos cuenta de que formamos parte de una sociedad, de un conjunto de personas, y que la felicidad y el bienestar depende de una interrelación entre todos nosotros. En opinión de Gázquez, la unidad despierta más en estos momentos de crisis: “A nivel social vemos que cuando vienen mal dadas la gente se plantea otro tipo de cuestiones. La crisis está haciendo que vuelvan conceptos como la solidaridad, que estaban olvidados. Es una buena oportunidad para recapacitar sobre lo que realmente importa en la vida”.

 mimdfulness para volver a la vida

El despertar a la vida desde hoy en las librerías





Sinopsis

La enorme aceleración con la que actualmente parece desarrollarse la vida acaba envolviéndonos y arrastrándonos a una espiral desde la que contemplamos la vida como algo ajeno y hostil, adoptando a menudo la posición de víctimas ante un sistema social y económico en plena y demoledora ebullición que parece arrasar cuanto encuentra a su paso.

De una manera incisiva y reveladora, el autor intenta que el lector recupere la esperanza de decidir por si mismo el devenir de su propia vida. Acercándonos a la posibilidad de ser realmente felices y realizarnos a pesar de la aparente hostilidad y constante amenaza presentes en la vida actual.


Francisco Gázquez introduce principios y reflexiones milenarios pero que en la actualidad siguen gozando de una sorprendente vigencia y los combina con los más recientes hallazgos de la psicología y la neurociencia. Estos principios conforman un potente coctel de conocimiento y una magnífica fuente de inspiración que incitan al desarrollo y al crecimiento personal.

La obra se divide en cinco capítulos que coinciden con los cinco pasos a tener en cuenta para despertar. Para el autor, despertar es el proceso de abandonar la automaticidad e individualismo imperantes en la vida de hoy y abrir una vía al desarrollo personal y a la toma de conciencia de las propias limitaciones y potencial inherente a la persona. Se trata en definitiva de fomentar un proceso expansivo de la conciencia.

Paso 1: Despertar a la conciencia

Paso 2: Despertar al mundo interior

Paso 3: Despertar al agradecimiento

Paso 4: Despertar al reino del corazón

Paso 5: Despertar a la unidad

Al final de cada capítulo se proponen una serie de ejercicios prácticos fáciles de incorporar a la vida cotidiana, encaminados a ejercitar la atención y promover el desarrollo de la conciencia.


Disponible (entre otros) en: 

Casa del libro   fnac    El Corte Inglés   amazon